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La agricultura urbana está cambiando el paisaje de las ciudades con miles de pequeñas explotaciones agropecuarias para autoconsumo que proliferan a ras de suelo o en las terrazas de los edificios. Este movimiento sostenible, que muchos países aún no reconocen como una actividad formal, ocupa a 800 millones de personas en el mundo y facilita el ahorro en la compra de alimentos a los ciudadanos con menos ingresos, según la FAO.

¿QUÉ ES UN HUERTO URBANO?

Los huertos urbanos son espacios al aire libre o de interior destinados al cultivo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas o hierbas medicinales, entre otras variedades, a escala doméstica. Esta práctica se da en el centro o en la periferia de las ciudades, al igual que otros ejemplos de agricultura urbana y periurbana (AUP) como la acuicultura, la ganadería y la silvicultura que proporcionan pescado, carne, lácteos y madera a la comunidad.

Los primeros huertos urbanos surgieron con la Revolución Industrial y se popularizaron varias décadas después, durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando las metrópolis británicas y norteamericanas los promovieron entre sus habitantes con fines propagandísticos y para garantizar el suministro de alimentos a la población sin depender de las importaciones. Estos cultivos —conocidos como Jardines de la victoria— llegaron a cubrir casi el 40% del consumo de verduras en Estados Unidos.

BENEFICIOS (Y ALGÚN RIESGO) DE LOS HUERTOS URBANOS

La FAO sostiene que los huertos urbanos aportan numerosas ventajas a las ciudades y destaca los siguientes:

  1. Mayor rendimiento de la tierra
    Las plantaciones domésticas pueden producir hasta 15 veces más que una explotación rural y llegar a los 20 kg anuales de alimento por m2.
  2. Idóneos para cultivar hortalizas
    Este tipo de vegetales son perfectos para la agricultura urbana porque tardan muy pocas semanas en crecer.
  3. Más justos y sostenibles
    Los huertos urbanos reducen el número de intermediarios y favorecen el ahorro de transporte, envasado y almacenamiento. De esta forma, los horticultores ganan más y se contamina menos.
  4. Generan empleo
    Se estima que la horticultura puede crear un empleo por cada 100 m2 de cultivo. Estos puestos servirían además para ocupar a colectivos desfavorecidos o en riesgo de exclusión.
  5. Aumentan la calidad alimentaria y medioambiental
    La agricultura urbana facilita alimentos frescos a la población, construye zonas verdes, recicla desechos municipales y fortalece a las ciudades frente al cambio climático.

No obstante, la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también identifica algunos riesgos de los huertos urbanos como:

  • Falta de regulación
    Es habitual que los horticultores domésticos operen sin licencia ni supervisión, ya que muchos países no reconocen esta actividad en sus políticas agrícolas y de planificación urbanística.
  • Contaminación involuntaria
    La agricultura urbana puede provocar ruidos y olores, además de poner en riesgo la salud humana y el medio ambiente si se filtran pesticidas y abonos orgánicos a las fuentes de agua.

LOS HUERTOS URBANOS EN LAS NUEVAS CIUDADES SOSTENIBLES

Los huertos urbanos como ejemplos de sostenibilidad ciudadana nacieron en los años 60 vinculados al ecologismo y los movimientos que reivindicaban un mundo más natural, justo y solidario. Grupos como las Green Guerrillas estadounidenses fueron pioneros en transformar la agricultura doméstica en una vía para la autogestión, la inclusión social y la vida comunitaria.

Desde entonces, los huertos urbanos son mucho más que cultivos de ciudad. Estas parcelas se han convertido en lugares para el ocio, la desconexión, la educación medioambiental y el desarrollo de terapias en entornos naturales. Hoy es habitual que muchos ciudadanos participen activamente en huertos urbanos privados o comunitarios, e incluso que los ayuntamientos los contemplen dentro de sus planes urbanísticos sostenibles.

CONSEJOS PARA CONSTRUIR UN HUERTO URBANO EN CASA

Si estás pensando en cultivar tus propios alimentos en tu hogar, sigue estos consejos sobre cómo hacer un huerto urbano casero:

  • Elige un rincón de la vivienda que reciba luz natural y directa la mayor parte del día. Si no dispones de un lugar así todo el año, adapta tu cultivo a las horas de sol y aprovecha las estaciones más luminosas.
  • Escoge recipientes que te permitan introducir el mayor volumen de sustrato posible. Además de las clásicas macetas, tienes otros muy interesantes como las mesas de cultivo, las jardineras de madera, los jardines verticales o las macetas textiles que resultan muy ligeras.
  • Emplea sustratos orgánicos que sean ligeros, porosos y retengan los nutrientes fundamentales. Una opción ideal es la mezcla de vermicompost (60%) con fibra de coco (40%).
  • Si eres principiante es mejor que comiences con el cultivo de plantones. Deja las semillas —ecológicas si es posible— para cuando tengas más experiencia.
  • Adapta la forma de regar al tamaño de tu huerto. A mano si es pequeño o por goteo con programador si es más grande.
  • Las semillas normales se entierran a una profundidad de 2 o 3 veces su diámetro. Por su parte, las más pequeñas se mezclan con arena fina.
  • El trasplante se realiza cuando la nueva planta supera la altura del recipiente y le han brotado ya varias hojas verdaderas.
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